Bienvenidos a una nueva comunicación del proyecto “Alimentando vocaciones”.
El pasado 8 de marzo, con motivo del día de la mujer, el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP) presentó la publicación “Igualdad en cifras MEFP 2023”. Es la quinta edición de este informe y recoge la evolución e incorporación de las mujeres a la educación.
Las cifras recogidas en esta quinta edición corresponden al año 2020/2021. El informe indica que, aunque el 50,4% del alumnado total matriculado es femenino, existen diferencias por tipo de enseñanza. En bachillerato, las mujeres son el 53,8% del alumnado siendo su presencia mayo en ciencias sociales y humanidades (57,8%) y menor en ciencias (47,7%).
Tanto en FP como en los niveles universitarios, su presencia es baja en disciplinas científicas y tecnológicas. En Informática y comunicaciones son el 7,8% del alumnado de Grado medio de FP y el 13,4% del grado superior. En grados universitarios, en el área de Ingeniería, industria y construcción son el 29,5% del alumnado y en Informática son el 14,1%.
Donde la presencia de mujeres es mayor es en educación (77,8%) y en salud y servicios sociales (72,3%).
En Alimentando vocaciones queremos poner nuestro granito de arena y queremos animar a todas las mujeres que nos leen a interesarse por las ciencias agroalimentarias.
¿Cómo lo vamos a hacer?
Os vamos a inspirar a través de la historia de las siguientes mujeres científicas:
Katherine Esau fue una botánica estadounidense especializada en anatomía vegetal, en 1989 fue reconocida con la Medalla Nacional de la Ciencia, el más alto honor que Estados Unidos otorga a sus científicos. Tenía 91 años y era la primera botánica en recibir este premio. Lo hacía después una carrera dedicada al estudio de la anatomía y las funciones de las plantas y de escribir algunos de los libros fundacionales de esta disciplina, algunos de ellos todavía empleados hoy por estudiantes universitarios.
Anna Maurizio fue durante gran parte de su carrera, y durante más de 50 años, la principal experta en apicultura a nivel mundial. Ella inventó el concepto flora apícola. Hay poca información sobre sus primeros estudios, la temática de su tesis doctoral fue sobre micología (estudio de los hongos) nada tenía que ver con las abejas. Al parecer una infección por hongos potencialmente patógenos para las abejas le llevó a especializarse en el tema que ocupó el resto de su carrera científica.
Y por último os hablamos de Elizabeth Coleman White. Elizabeth fue una especialista agrícola que colaboró con el botánico Frederick Vernon Coville para desarrollar y comercializar un arándano cultivado. Consideraron diversos factores para seleccionar arándanos silvestres para cultivar, entre ellos, el sabor, el color, la forma y el tiempo de maduración. A partir de dos arbustos silvestres, White y Coville cultivaron miles de arbustos híbridos, que criaron selectivamente para producir arándanos cultivados modernos.
¿Conocéis más científicas dedicadas a las ciencias agrarias?
El Centro de Investigación de Ciencias Agroalimentarias de Aragón (CITA) cuenta con una plantilla de 270 personas, de las cuales 147 son mujeres. Muchas de ellas ocupan puestos de responsabilidad, 3 de las 4 jefaturas de departamentos de investigación están bajo la dirección de mujeres.
Desde Alimentando vocaciones os animamos a escribir las ciencias agroalimentarias en femenino.
¡Hasta la próxima!