¡Bienvenidos a otro emocionante mes con «Alimentando Vocaciones»!
Este mes, nos sumergimos en un aspecto fundamental que nos afecta a todos: el etiquetado y la seguridad alimentaria. Vamos a descubrir cómo las innovaciones en este sector están transformando la manera en que entendemos y elegimos nuestros alimentos.
El etiquetado y la seguridad alimentaria son aspectos cruciales para garantizar que consumamos alimentos seguros y de alta calidad.
Cuando caminamos por los pasillos del supermercado, a menudo nos enfrentamos a una gran cantidad de productos con etiquetas diversas. Pero, ¿realmente comprendemos lo que significan esos números, símbolos y términos en la lista de ingredientes?
Vamos a desentrañar los misterios detrás de las etiquetas de los alimentos y proporcionaros herramientas prácticas para que podáis tomar decisiones informadas y seguras sobre lo que coméis.
- ¿Qué información buscas primero en las etiquetas de los alimentos cuando haces tus compras, y cómo crees que esta información influye en tus elecciones alimentarias?
- ¿Cómo crees que la tecnología puede contribuir a mejorar la seguridad alimentaria y la transparencia en la cadena de suministro?
¿Cómo podemos interpretar el etiquetado?
- Lee bien la lista de ingredientes.
Fíjate especialmente en:
– Orden de los ingredientes: el primer ingrediente es el más abundante y el último, el que se encuentra en menor proporción.
– Cantidad (%) de algunos ingredientes: a veces resalta en el etiquetado algún ingrediente, pero luego vemos en la lista que hay un bajo porcentaje de ese ingrediente en el alimento. Estaremos atentos.
– Productos que causan alergias e intolerancias, aparecerán destacados tipográficamente.
– Tipo de grasa y/o aceite: no es lo mismo que el alimento lleve aceite de oliva, de girasol o de palma. Se debe priorizar el aceite de oliva virgen o aceite de oliva virgen extra.
– Azúcar(es) y sus sinónimos: si aparecen en la lista de ingredientes, es que son añadidos.
– Sal: nos fijaremos si aparece en los primeros o en los últimos puestos
– Aditivos: nos fijaremos en cuántos aditivos contiene el alimento que estamos comprando y de qué tipo.
- Compara la tabla nutricional con la lista de ingredientes.
La información que ofrecen la tabla nutricional y la lista de ingredientes es complementaria. Por ejemplo, en la tabla nutricional puede aparecer un porcentaje de azúcar propio del alimento (como los azúcares del zumo de naranja) sin que este tenga azúcar añadido.
- Compara etiquetas de productos parecidos.
Es importante que dediques tiempo a comparar las etiquetas de marcas diferentes del producto que desees comprar, para que puedas seleccionar el mejor para ti.
- Cuidado con las etiquetas “trampa”.
A veces, la etiqueta incluye términos que, supuestamente, definen el producto. Es el caso de «artesanal», «casero» o «tradicional», adjetivos que brillan por su ausencia en la mayoría de los alimentos ultraprocesados. Asimismo, en algunos productos, se indica el término “sin azúcares añadidos», pero esto no quiere decir que estos productos no tengan azúcares naturalmente presentes, como ocurre en el caso de las mermeladas de frutas.
¡Hasta la próxima!