¿Cómo se diagnostica una enfermedad cardiovascular?

¿Por qué latidos de evidencia?

Como ya llevamos unos cuantos mensajes… suponemos que ya conoces las principales enfermedades cardiovasculares, sabes cómo prevenirlas y eres consciente de lo importante que es la alimentación y el ejercicio físico. Pero, ¿cómo se diagnostica una enfermedad cardiovascular? ¿Cómo llegan los médicos al diagnóstico?

En ocasiones, es suficiente con el historial médico y un examen físico para que el médico pueda sospechar que su paciente sufre un trastorno del corazón o de los vasos sanguíneos. Sin embargo, suelen necesitarte pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico, determinar la gravedad y la extensión de la enfermedad para planificar un tratamiento adecuado.

Hacer el historial médico es relativamente fácil. Los médicos piden a su paciente que le explique su “historia” de lo que le pasa. Principalmente lo que buscan son síntomas como: dolor torácico, dificultad respiratoria, palpitaciones, mareo o aturdimiento, desmayo, dificultad para estar acostado e hinchazón de piernas, tobillos o pies. Estos síntomas sugieren la posibilidad de un trastorno cardiaco.

A continuación se les pide los antecedentes familiares y sus hábitos (su alimentación, si son sedentarios o hacen ejercicio, tabaco, alcohol…)

El siguiente paso es la exploración física. El médico observa los siguientes aspectos del paciente:

  • Peso y apariencia general. Buscan signos de palidez, mareos o sudor, que pueden ser indicadores sutiles de trastornos cardiacos.
  • Toman el pulso en las arterias del cuello, debajo de los brazos, codos, muñecas, abdomen, pies con el objeto de valorar si el flujo circulatorio es adecuado y simétrico en ambos lados del cuerpo.
  • Comprueban si hay hinchazón (edema) causado por acumulación de líquido en los tejidos debajo de la piel presionando la piel en los tobillos y las piernas. El edema puede ser causado por una insuficiencia cardiaca.
  • Exploran el tórax para determinar si la frecuencia y los movimientos respiratorios son normales. Golpear el tórax con los dedos les permite a los médicos saber si los pulmones están llenos de aire o hay líquido.

Para confirmar el diagnóstico se suelen pedir pruebas adicionales como un electrocardiograma, que registra la actividad eléctrica del corazón que se produce en cada latido cardiaco. También puede ser necesaria una ergometría (prueba de esfuerzo) que pone de manifiesto alteraciones cardiovasculares no presentes mientras el paciente está en reposo y que pueden ocurrir con el ejercicio físico. Otra prueba diagnóstica que recoge mucha información sobre el estado del corazón es el Holter. El Holter es un dispositivo electrónico de pequeño tamaño que registra y almacena el electrocardiograma del paciente durante al menos 24 horas desde su domicilio sin necesidad de hacerlo en el hospital.

Recuerda que las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en todo el mundo, así que conocer los síntomas y cómo prevenirlas es fundamental para cuidar tu salud.